Me gustaría empezar hablando sobre las emociones. Así es, sobre las emociones que podemos percibir, que se nos despiertan a la hora de trabajar un molde o varios moldes. A veces esta tarea de tener mucho trabajo acumulado, u otras veces uno sólo pero que nos enfrenta a un gran desafío, nos genera sensaciones que es mejor, considero yo, ponerle nombre y expresarlo. Es una estrategia, básicamente para poder liberar tensiones, o bajar los perros como diría mi maestra de taichi.
El ejercicio es simple…primero me encargo de pararme en frente de mis tareas, del trabajo en sí y trato de percibir, en lo posible en silencio, qué siento en ese momento. Cómo está mi cuerpo, como estoy respirando, si hay algo de mi cuerpo que se está moviendo, o si estoy totalmente quieto. Hay veces que el cuerpo refleja lo que sentimos con estas acciones. Por ejemplo músculos que se nos tensionan o malas posturas. Una vez hecho este ejercicio trato de percibir qué pasa en mi mente cuando identifico el estado de mi cuerpo y le pongo palabras…le pongo nombre a las emociones. Si es posible busco un sólo nombre, uno que represente la mayoría de las sensaciones que percibo. Por ejemplo, ansiedad, miedo, frustración, pánico, motivación, éxtasis, ilusión, confusión, desgano, etc.
El hecho de ponerle nombre a una emoción, esa que más pesa, nos ayuda a ver la realidad, y viendo la realidad puedo buscar una solución si quiero cambiarla. Ese es el secreto, el primer paso para encarar un trabajo cuando aún no tengo la experiencia suficiente como para automatizarlo.
Los trabajos que combinan técnica con creatividad suelen ponernos en un estado, digamos así, de conflicto. Porque la idea creativa es libre y se niega a atarse a una técnica que a veces le pide cambios para poder materializarse. Los conflictos ocurren cuando hay dos partes y ambas tiran para distintos lados, opuestos. En este caso, los modelistas/diseñadores somos los mediadores entre esas dos fuerzas, fuerzas que son nuestras, propias.
Esta manera de ver las cosas surge de una experiencia personal en la cual me di cuenta que no podía avanzar con mis ideas. Pensé al principio que podía tratarse de un agotamiento creativo y eso me perturbaba demasiado, hasta que un día decidí soltarlo. Me estaba exigiendo mucho esfuerzo lograr ese objetivo y dije; quizás es un objetivo que no tengo que resolver yo, quizás no tengo que hacer esto. Entonces decidí salir a caminar, cada vez que pensaba en ese objetivo me alistaba y salía a patear las calles pensando en por qué me trababa tanto. Cuando pasaron unas semanas de este ejercicio que casi se daba todos los días decidí compartir mi pesar con amigos, colegas y fue así cuando la información que necesitaba llegó. Pude deducir que se trataba del conflicto.
Al concepto de conflicto no lo tenía formulado y por ende no lo podía identificar en mí. Yo, parado en frente de mi trabajo entraba en un mood, una emoción o sensación que me detenía. No podía ver que había que resolver las direcciones opuestas y entrecruzadas que tenía mi diseño. Una idea vs. una materialización, no imposibles, si no opuestas, que se alejaban tanto como podían una de la otra, algo que básicamente, y aunque suene dramático, había nacido para no estar junto. Esa sensación fue tan fuerte que automáticamente me emocioné casi hasta las lágrimas, probablemente porque es una analogía que se da en muchos aspectos de la vida. Estaba en frente de una decisión de separación. Tenía que decidir una idea o la otra. Poner a prueba cuál de las dos era más compatible con mi búsqueda creativa e ir por esa. Hacerlo me liberó, sobre todo de pensar negativamente sobre mí. Yo no era el problema, no se me había acabado la creatividad ni mis capacidades. Sólo había puesto a jugar dos universos paralelos que nunca iban a conectarse y la gran misión fue optar por uno. Todo lo demás fue enfoque.
Y hablando de enfoque , es de lo que me gustaría hablar ahora; Una vez que identifico mi emoción y le doy su nombre, se da casi naturalmente el hecho de que puedo enfocar mis tareas para priorizarlas y empezar a realizarlas. Enfocar no es sólo mirar el objetivo, enfocar es ver también el paso a paso, ordenadamente para llegar a mi objetivo. Es como ver el punto rojo en google maps y también ver las cuadras que debo andar para llegar a él.
...En breve 2da parte.
:)